La vivienda se construyó sobre un conjunto de rocas que sobresalen en una colina a las afueras de Santiago de Chile. La arquitectura se proyecta como planta única, líneas simples y techos limpios, una continuidad de habitaciones con vistas al terreno montañoso.
En el proyecto de iluminación seguimos el planteamiento arquitectónico, mantuvimos el techo limpio y proyectamos la iluminación, en su mayoría, como luz indirecta integrada. En los volúmenes separadores de ambiente de las zonas comunes y habitación principal planteamos iluminación hacia el techo, destacando la materialidad y limpieza de este. La iluminación de acento la propusimos principalmente de suelo, pequeños empotrables de suelo de haz intensivo e incorporamos líneas de luz en mobiliario, espejos y líneas de luz verticales en los baños y aseos. En la galería de acceso la idea fue extender la luz día del lucernario con líneas de luz y reforzando con proyectores para direccionar la luz a los cuadros de esta.
El diseño alargado de la casa parece flotar ya que ambos extremos están en voladizo, reforzamos el efecto con iluminación de suelo hacia el volumen de la vivienda, reafirmando el efecto de levitación que querían lograr los arquitectos.